Nací cuando Distrito 14 comenzaba a hacer sonar sus guitarras, así que la cosa va ya para 25 años...Y recuerdo que mi vida y su música se cruzaron cuando cayó en mis manos un ejemplar del disco Noches con Sol. Desde entonces no he podido, ni he querido evitar ir a todos sus conciertos, y ellos han sido parte de la banda sonora de mi vida. 25 años después se cierra un ciclo, caprichos del destino. Si en mi vida personal se están cerrando unas etapas y abriéndose nuevos horizontes, lo mismo les ocurrirá ahora a Enrique Mavilla y Mariano Casanova.
Curiosamente, y hablando de cerrar etapas, poco tiempo antes de su concierto de despedida, por fin logré conseguir aquella grabación "perdida" que hicieron en Frankfurt en el año 84, y que no llego´ a ver la luz: el círculo se completa. Y entonces descubres que, del mismo modo que tú creces, Distrito 14, distritocatorce, (incluso podríamos recordar el anuncio por parte de Mariano un día de dejar el nombre tan sólo en Distrito, o Catorce, ya no recuerdo exactamente) han vivido estos años intensamente, han evolucionado, personal y musicalmente, y comprendes su decisión de pasar una página más.
Esto hace comprender que la noche del sábado 9 de febrero fuera un momento especial, tanto para ellos sobre el escenario, como para los que ,como a mí, distritocatorce nos ha robado un pedacito de corazón, que ahora es suyo. No voy a hacer un repaso extensivo del desarrollo de la noche, para lo que os recomiendo visitar la crónica que aparece en Aragón Musical (www.aragonmusical.com), pero sí que me gustaría recordar esos momentos mágicos que tuvo ese encuentro con ellos. Hay que llamarlo encuentro, no concierto, porque a pesar de que decidieron no decir una palabra entre canción y canción, excepto un sentido "gracias", no hacían falta, era un momento para los sentimientos, las sonrisas y las lágrimas, que no siempre son malas.
El nombre del concierto, distritocatorce y amigos, no se refería solamente a las personas que desfilaron por el escenario acompañandoles en los distintos temas, sino, presiento, también a los que estábamos allí compartiendo la velada. Y eso se demostró en los momentos en que el público fuimos un colaborador más de la noche: con los mecheros y las bengalas que iluminaron la sala, cantando y haciendo nuestras sus letras, con los sentidos aplausos que en parte también eran para nosotros mismos, y las lágrimas que nos cayeron al ver las de Mariano... Y una vez más demostraron lo que es amor a la música, no como profesión, sino como forma de vida, cuidando todo al detalle, con el mimo y la elegancia que les ha caracterizado durante toda su trayectoria.
Nos quedarán las imágenes de la noche, en el DVD que va a realizar Juanma Bajo Ulloa (por cierto, espero salir coreando "Soñando otra vez"), nos quedarán sus discos, sus canciones y sus letras, que no entienden de años y despedidas...y nos queda decir gracias a nosotros también, y desearles toda la suerte para que en su nueva andadura, cada uno a su modo, nos regalen de nuevo momentos mágicos como los que nos han hecho vivir todo este tiempo.
Siempre les ha gustado ir un poquito contracorriente, y el año en el que a todo el mundo le ha dado por reencontrarse (Héroes del Silencio, Niños del Brasil, Las Novias...), ellos deciden decirnos adiós. Esperemos que simplemente sea un "hasta luego", y dentro de diez años, a los 35, decidan volverse a subir a un escenario como distritocatorce, y nos hagan, como dice su canción, soñar otra vez. Y si es antes, mejor.
GRACIAS...Y SUERTE
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